
Se puede acordar con lo expresado por Guillermo Jaim Etcheverry:
“Transmitir pasión es la verdadera esencia de la labor de enseñar. Quienes la realizan sólo pueden hacerlo cuando logran transmitir a sus alumnos su propia pasión por lo que conocen. Precisamente, uno de los factores que contribuyen a la decadencia actual de la enseñanza reside en el hecho de que no pocos de sus responsables carecen de real pasión por lo que deberían transmitir. En esta época tal vez despierte mayor interés la técnica de enseñar que lo que específicamente se enseña. Así, muchos docentes parecen estar bastante preocupados por ser expertos en pedagogía, pero no tanto por conocer lo que deben enseñar. Por eso, al no trasuntar genuina pasión por eso que se supone que les interesa tanto como para compartirlo con sus alumnos, no logran interesarlos.
Transmitir la pasión por el conocimiento es la clave, pero, para hacerlo, en primer lugar es necesario sentirla”.
“Transmitir pasión es la verdadera esencia de la labor de enseñar. Quienes la realizan sólo pueden hacerlo cuando logran transmitir a sus alumnos su propia pasión por lo que conocen. Precisamente, uno de los factores que contribuyen a la decadencia actual de la enseñanza reside en el hecho de que no pocos de sus responsables carecen de real pasión por lo que deberían transmitir. En esta época tal vez despierte mayor interés la técnica de enseñar que lo que específicamente se enseña. Así, muchos docentes parecen estar bastante preocupados por ser expertos en pedagogía, pero no tanto por conocer lo que deben enseñar. Por eso, al no trasuntar genuina pasión por eso que se supone que les interesa tanto como para compartirlo con sus alumnos, no logran interesarlos.
Transmitir la pasión por el conocimiento es la clave, pero, para hacerlo, en primer lugar es necesario sentirla”.