Mañana, en la sede del Consejo Europeo de Investigación Nuclear
(CERN, su sigla en francés), en Ginebra, serán presentados los resultados
preliminares de los últimos experimentos del Gran Colisionador de Hadrones
(LHC). Anunciarían el hallazgo de fuertes indicios de la existencia del bosón
de Higgs, una partícula elemental que explicaría el origen de la masa, por lo
que se la conoce como “la partícula de Dios”.
Esos resultados fueron logrados a partir de los datos reunidos
entre abril y el 18 de junio pasado. Durante 2011, los hadrones colisionaban
con dos haces de 3,5 TeV, y desde abril lo hacen a 4 TeV. “Ese pequeño
incremento en la cantidad de energía permitió, en estos pocos meses, obtener
más del doble de información de todo lo que hubo el año pasado”.
El Gran Colisionador de Hadrones del CERN, desarrollado a un
costo de 10.000 millones de dólares, ha estado creando colisiones de protones
con energía muy alta, para ayudar a comprender presuntos fenómenos como la
materia oscura, la antimateria, y a la larga la creación del universo hace
miles de millones de años, que muchos conjeturan ocurrió luego de una explosión
masiva conocida como el Big Bang.
Para los físicos especializados en partículas, el hallar el
bosón de Higgs es clave para poder confirmar el modelo estándar de la física
que explica qué le da su masa a la materia y, por extensión, cómo se formó el
universo.
Si se descubre una nueva partícula, ATLAS y CMS necesitarán
tiempo para determinar si se trata del bosón de Higgs tan largamente buscado, o
sea, del elemento que falta en el modelo estándar de la física de partículas, o
bien de una forma más exótica de ese bosón, lo que podría abrir el camino a una
nueva física